Despues de la muerte de mi hermanestro - Enrique mi estado de animo no era bien. Enrique no era un hombre espléndido, pero a pesar de todo era miembro de mi familia y le quería de alguna manera. No podía rendir homenaje a el porque mi amigo-consejero obispo Carillo me animó que me corone lo mas rapido. Dijo: Lo se perfectamento que tu siempre querías tener reino como tu padre. Ademas estas culpable de el. Tienes que coronarte como la reina de Castilla”. Quería esperar hasta que vuelva mi marido, pero Carillo me incitó mucho- tengo que comprobar que insistió. Lo sabía que le importa mi suerte, pero... todo pasó demasiado rapido. 13 de diciembre de 1474 en Segovia me proclame a Reina de Castilla tomando como base el Tratado de los Toros de Guisando. Obispo Carillo puso a mi cabeza corona y cuando bese a la cruz entendí  que desde entonces todo reino era dependiente de mi. Me prometi que fuera indulgente, buena y justa, que para a cada uno encontrara tiempo, que estara madre y amiga para mis paisanos, no jefa y verduga.
Ahora estoy acostado en la lecho de muerte. Inmodesto tengo que que quizas hubiera sido un buena reina. Dios ayudaba a mi durante todo mi reinado. Me ayudaba hacer buenas elecciones, todo el tiempo sentía su presencia. Que suerte soy!